El fin de la convivencia social
El resquicio que aún sobrevivía de la democracia liberal instaurada en 1983 fue sepultado el martes pasado por un trío de miserables cortesanos del poder real. Una jugada que despertó del letargo a un peronismo adormilado.
El resquicio que aún sobrevivía de la democracia liberal instaurada en 1983 fue sepultado el martes pasado por un trío de miserables cortesanos del poder real. Una jugada que despertó del letargo a un peronismo adormilado.
El abandono de toda moral, de toda ley, la condena a Cristina Fernández de Kirchner, la promoción que viene haciendo el Presidente del blanqueo de activos, cualquiera fuese su origen, un país sin justicia real, gobernada por el poder económico, dominada por un imperio en decadencia, disuelve cualquier norte ético, condena a la sociedad a vivir en el desamparo jurídico, y habilita al verdadero crimen organizado a tomar el poder con más voracidad y a las bandas medianamente organizadas a dejar los márgenes e instalarse en el corazón mismo de la comunidad.
El día después de la conmemoración del Día de la Resistencia Peronista, una corte suprema –así, con minúsculas que merecerá hasta que vuelva a ser una institución honorable– integrada por tres miserables marionetas del poder real, cumplió la orden de reafirmar la condena a la principal figura de la oposición, titular del principal partido político, con base en una causa amañada, armada sin la más mínima prueba y habiendo recorrido un sendero en el que el relato le ganó a la racionalidad jurídica. Nadie, aún, alcanza a dimensionar las consecuencias de tamaño desatino, pero los indicios que surgen apenas conocida la decisión cortesana anticipan olas que pueden transformarse en tsunami.
Hubo un tiempo en que los sectores más conservadores, reaccionarios, gorilas, o como se los quiera definir, usaban un latiguillo resistido por los espacios considerados “progresistas”. Se decía: “La libertad en extremo deriva en libertinaje”. Por cierto, la intención de quienes usaban ese aforismo era justificar los límites a las libertades esenciales que todo régimen autoritario propicia. Quienes retrucaban, sostenían que en realidad lo que menos le importaba al régimen o a la dictadura era “la libertad”.
A la luz de los hechos dramáticos que se viven en la coyuntura argentina, cabe preguntarse si en realidad, como siempre lo proclamó el pensamiento nacional, el liberalismo, en todas sus vertientes, la conservadora o la progresista, no encierra en sí mismo un mal de origen: ¿para quiénes está pensada la tan meneada “libertad”?, ¿quiénes serían sus beneficiarios? y, más importante aún, ¿qué valor intrínseco tiene la “libertad” a secas, sin otra virtud que la complete, que la torne apta para la vida real en forma extendida, que sea una libertad para todos y todas?
Es una constante histórica. Para vivir en “libertad”, los liberales, libertarios o de cualquier pelaje, siempre tienen que bombardear, perseguir, proscribir, encarcelar o fusilar a sus opositores. Es una “libertad” para muy pocos, el resto sobra, y hay que eliminarlo o neutralizarlo.
En menos de tres años, desde el 1º de septiembre de 2022, el núcleo de poder dominante rompió en mil pedazos los dos pactos fundacionales de una democracia que, aún con el interregno peronista de Néstor y Cristina Kirchner, seguía en deuda con las grandes mayorías en términos de restitución de derechos perdidos desde 1955.
Por un lado, con el fallido atentado a CFK, voló por los aires el pacto de no dirimir la política mediante la supresión de la vida del adversario. La advertencia de Clarín –“Cristina, entre la bala que no salió y el fallo que sí saldrá”– a través de la pluma de Pablo Vaca, dejaba habilitada una vía que la ex mandataria expresó en diversas oportunidades: “Presa o muerta”. Desde el martes 10 de junio de 2025, lo que se evaporó fue otro pacto, el que postulaba una democracia sin proscripciones.
Pocos recuerdan que en aquel artículo del diario del grupo que lidera Héctor Magnetto, publicado apenas 10 días después del fracasado intento de magnicidio, se intentó desactivar la posibilidad de que hubiera instigadores o autores intelectuales detrás del gatillero Fernando Sabag Montiel. “…no se le puede sacar mucho rédito a un intento de magnicidio perpetrado por un par de marginales alucinados vaya a saber uno con qué”, escribía Vaca, para luego reforzar esa línea argumental: “Para plantear una conspiración hecha y derecha se necesita de algo más que la banda de los copitos de nieve”.
El problema de la élite económica argentina es lo inepta que fue para entender la política. No siempre fue así. La Generación del 80 la entendía, la ponía en valor y sabía hacer política. Sus beneficiarios apenas rozaban un tercio de los habitantes del país que pensaban, pero al menos pensaban un país.
Desde la irrupción del peronismo –aunque ya había comenzado a trastabillar durante el yrigoyenismo–, los sectores dominantes fueron incompetentes para pensar un proyecto de país, liderarlo, promover las líneas fundacionales de un desarrollo sustentable y que el mismo abarque a toda la sociedad argentina.
Los actuales popes de los principales grupos de poder dominante, al promover la condena y el encarcelamiento de CFK, que lleva años, pero se terminó de concretar esta semana, muestran que no tienen una mirada política estratégica.
¿Un peronismo reseteado?
Luego de la confirmación de la condena, hubo un pronunciamiento que pasó inadvertido, pero muestra a las claras que la decisión de meter presa a Cristina puede ser un tiro que sale por la culata. Este miércoles, menos de 24 horas después de conocido el fallo cortesano, Axel Kicillof, en diálogo telefónico con el periodista Ari Lijalad, se refirió a lo que viene, a las instancias que tiene por delante el peronismo luego de la salvajada de la corte.
“Nadie va a aflojar”, sentenció el mandatario en torno de uno de los objetivos estratégicos que tiene la cúpula del poder económico a la hora de sacar del tablero a Cristina, el disciplinamiento de quienes en adelante se atrevan a reivindicar o llevar a cabo las políticas que puso en juego el peronismo entre 2003 y 2015.
El gobernador bonaerense fue más allá en ese sentido: “El mensaje es que no les tenemos miedo, que vamos a seguir trabajando, y que desde la dirigencia política se redoblarán los esfuerzos, nadie va a tomar estas amenazas, por más complicadas y tremendas que sean, como un factor para debilitarse, para quedarse en la casa, para guardarse o para transar con el poder. De ninguna manera”.
Por encima de esa fuerte definición, el diagnóstico de Kicillof respecto de quiénes están detrás de la confirmación de la condena a CFK no se detiene en el tramo local, y apuntó a la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham) como co responsable de la presión sobre el máximo tribunal argentino.
Para el gobernador bonaerense, el fallo tiene “vínculos tremendamente significativos en el terreno de la política y la geopolítica” y disparó: “Yo creo que AmCham pidió directamente la condena. No se puede dejar de tener en cuenta que hace poco en Estados Unidos le sacaron la visa. Parecía que era algo sin conexión directa, pero esta condena no puede no leerse dentro de esa otra decisión, obviamente tiene una magnitud internacional”.
El remate de Kicillof estuvo enfocado en una coyuntura que también trasciende las fronteras nacionales: “Hoy la derecha, la ultraderecha, se ha convertido en una especie de club transnacional del que Milei forma parte”.
En síntesis, la decisión de cerrar el perverso círculo mediático judicial sobre la principal figura política de este siglo, está resultando un tiro del poder que le está saliendo por la culata. Un peronismo unido, que asistió a la sede nacional del PJ para abrazar a Cristina y manifestarle su apoyo; una multitud que se reúne cada noche en las puertas de la casa de la ex presidenta; correr de la centralidad a Milei y su gobierno, del que sólo hablan sus esbirros digitales en las redes y el Gordo Dan en el streaming Carajo.
Es imposible, e insensato, vaticinar cómo se desarrollará este reseteo del peronismo. Pero es indudable que las primeras reacciones de la dirigencia, la militancia y la gente que se movilizó en forma inorgánica son un efecto indeseado, tanto por el poder económico como por el gobierno.
Sobre esos primeros momentos pos condena resulta interesante atender el abordaje que hizo Ignacio Fidanza en La Política Online, quien se preguntó: “¿Qué impacto tiene esto en el peronismo? ¿Lo fortalece o lo debilita?”. El editorialista reconoció no saberlo, pero indicó que este estado de cosas “vuelve casi imposible la construcción de un peronismo afín a Milei”.
Y, entre tantos otros, tomó como ejemplo la posición del gobernador de Tucumán Osvaldo Jaldo, si se quiere uno de los mandatarios peronistas que más colaboró con el oficialismo libertario: “Jaldo no sólo condenó el fallo, sino que consideró necesario vincularlo a una impugnación más general del momento actual, donde puso el acento sobre la necesidad que el país encuentre un camino de desarrollo”.
Ese escenario era impensable apenas dos horas antes de que empezara a circular el rumor de que se venía la confirmación de la condena. Sin embargo, sería atinado tener en cuenta lo que un viejo dirigente peronista recordó por estas horas, según lo señaló el periodista Diego Genoud. El veterano del PJ comparó la decisión de la actual corte con aquella que en 1930 convalidó el golpe de Estado del 1º de septiembre contra Hipólito Yrigoyen.
Para decirlo de otro modo, la máxima autoridad jurídica de entonces abrió una jaula de la que salió liberada una fiera inestable: el Partido Militar, que con el sólo interregno del primer peronismo fue el representante de las clases dominantes, la espada sin cabeza del siglo XX, que encontró su límite en 1983, después de haber cometido los crímenes más execrables en nombre de la libertad, la democracia, la paz y otras tantas palabras mandadas a decir por la oligarquía para justificar ese accionar.
El abandono de toda moral
El triunvirato de inmorales que ejercen como ministros de la actual corte suprema abrieron la puerta de una jaula en la que quieren someter no sólo a Cristina sino a cualquier intento por retomar las banderas históricas del peronismo, que por definición representa la disputa de la renta nacional, que el bloque de poder dominante considera propio.
Ese trío de indecentes, y sus mandantes, no llevaron adelante este ajusticiamiento de derechos en cualquier momento. Milei es un títere que los dueños de las principales corporaciones y el Departamento de Estado exprimen para hacer negocios a costa del patrimonio nacional.
En el año y medio que lleva de gestión, sin embargo, nunca antes había quedado tan expuesto su rol de monigote del poder real como en la semana que pasó, cuando nadie tuvo siquiera el decoro de confirmar la prisión de Cristina con Milei pisando territorio nacional. Es más, fuentes de la Casa Rosada confesaron que el presidente le pidió a los cortesanos que pospusieran la decisión apelando al voto de alguno de ellos en disidencia. Ni lo tomaron en cuenta.
La pérdida de centralidad que viene teniendo Milei desde que la corte pateó el hormiguero es inédita y presupone que motivará una de las rabietas que el ex panelista televisivo suele protagonizar cuando las cosas no salen como le gusta.
Pero lo más relevante es que este nuevo escalón de descomposición institucional se da en momentos en que cruje el modelo económico financiero y ya no alcanzan los miles de millones de dólares con que Luis Caputo viene incrementando la deuda para sostener la “estabilidad” inflacionaria, forzada por el aniquilamiento del consumo de las grandes mayorías.
En las últimas semanas la desaparición del Estado, su destrucción desde dentro del propio Estado, proclamada en modo explícito por Milei, se viene llevando adelante en términos sistemáticos, al extremo de que la máxima autoridad política de un Estado nacional defienda y promueva la posibilidad de que pueda ser ingresado al sistema formal dinero cuyo origen pudiera estar vinculado directamente con la comisión de delitos.
La separación absurda que plantea el Presidente entre lo delictual y sus efectos en la economía representan un vale todo que en determinadas capas sociales es interpretada en forma literal, pero sin medir las consecuencias de que ese escenario está formateado para los sectores privilegiados y para las grandes corporaciones gangsteriles, no para ahorristas comunes y corrientes que crean que podrán usufructuar de esas mieles.
Además de los efectos instrumentales, institucionales, jurídicos, políticos y sociales de esta temeraria transformación que lleva adelante el régimen libertario, es posible observar el impacto moral que produce en vastos sectores de la comunidad, que ya venían afectados por la indiferencia –en el mejor de los casos– con que el sistema político se relaciona con ellos.
En ese lodazal transita una sociedad que ya descree de la política, defecciona ante el derecho de votar, y observa cómo a cada minuto buena parte de la dirigencia política atiende otro tipo de conversación.
Leer en los portales de noticias el título “La inflación de mayo fue del 1,5 por ciento” tiene en la mayoría de la población el efecto de una puñalada en su racionalidad, toda vez que el ciudadano común sabe lo que le cuesta comer, vestirse, educar a sus hijos, alquilar y trasladarse en el servicio público.
El peronismo, una vez más, enfrenta un estado de cosas que se asemeja a lo que queda después de una guerra. Sobre esa tierra arrasada no será fácil reconstruir. La pregunta es si el Consejo Nacional Federal del Partido Justicialista, que al cierre de esta edición se reunía en la sede de calle Matheu en Buenos Aires, y el resto de la dirigencia del campo nacional y popular, son conscientes de las dramáticas horas que vive la Patria.
Publicado en el semanario El Eslabón del 14/06/25
¡Sumate y ampliá el arco informativo! Por 6000 pesos por mes recibí todos los días info destacada de Redacción Rosario por correo electrónico, y los sábados, en tu casa, el semanario El Eslabón. Para suscribirte, contactanos por Whatsapp.
Redacción Rosario es un diario digital producido por la Cooperativa de Trabajo La Masa, integrada por profesionales con reconocida trayectoria en medios de la región que nos agrupamos con el objetivo de producir este y otros espacios periodísticos, como el semanario El Eslabón y el programa de radio Noticias Piratas, a la vez que desarrollamos un amplio abanico de servicios de comunicación.
Enviá tu comentario