“Me cuesta quedarme en casa en momentos cruciales de la historia”

Arquero del ascenso, dueño del mayor récord de valla invicta del país, Matías Cano salió a bancar a Cristina. Una vida de militancia, lecturas y atajadas. “Me han cerrado puertas por lo que pienso y declaro”, afirmó.

De Matías Cano se puede decir, entre otras cosas, que tiene la camiseta puesta. O el buzo, bah. Pero no sólo de Temperley, UAI Urquiza, Cobreloa (Chile) –algunos de los clubes donde jugó–, y ahora la de Real Pilar, de la B Metropolitana. El 8 de marzo de 2019, Día Internacional de la Mujer, atajó para Coquimbo Unido vs O’Higgins con una camiseta/buzo con las caras de Milagro Sala, Eva Perón, Hebe de Bonafini, Violeta Parra, Gabriela Mistral, Rigoberta Menchú, Alfonsina Storni. “Sí, pero antes tuve que avisar al club. Hubo algo de quilombo, pero insistí y me lo dejaron usar”, recuerda ese momento este experimentado arquero en diálogo con El Eslabón. “También se quejaron los medios, eso pasa en todos lados. Campañas para desprestigiar”, añade este hombre que se sumó a las miles de almas que coparon la Plaza de Mayo de Buenos Aires, este último miércoles, en apoyo a Cristina Fernández de Kirchner, y en rechazo al fallo judicial que la condenó a prisión y la proscribió.

Cano sí, cana no

Un amigo de la secundaria, de padres piqueteros, lo invitó a la ruta a conocer de cerca los reclamos, cada vez más frecuentes en los años 2000. “Los chabones pedían comida, un plato de morfi, se estaban cagando de hambre”, rememora. Tiempo después, la policía asesinó a los jóvenes militantes del conurbano bonaerense Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. Ese hecho trágico marcó a Matías Cano. “Inconscientemente tomás partido: o te sale un nazi o facho de adentro y decís «está bien, hay que matarlos a todos». O te ponés al lado del chabón que está pidiendo un poco de dignidad en medio de la crisis económica”. 

Así fue su primer acercamiento a partidos de izquierda. Hasta que llegó el otro momento clave de su vida política: Néstor Kirchner presidente. “«Éste es el chabón», dije”. Es que –aclara– “hasta ese momento no había ningún gobierno que me hiciera sentir representado, uno que me defendiera entre todas las corporaciones, los medios”.

Aquella etapa, con Néstor primero y con Cristina después, fue tan fuerte para él que asegura que “vivirlo, transitarlo, es hasta hoy una forma de vida”. Sobre todo, remarca, si “después ves cómo se fueron perdiendo derechos”. 

Hijo de mirar los partidos por codificado en casa de quien lo podía pagar, recuerda: “Mi abuelo y mi abuela tenían un quiosco, y tenían el cable y el deco (como es ahora). Todo el barrio iba a ver los partidos. Tiempo después, era cada vez menos gente la que iba. Y no era magia, era que la gente lo podía ver en su propia casa”, tras el arribo del programa estatal Fútbol para Todos. “Era comprar una tele y poner una antena que te vendía el ferretero de la esquina y tener televisión abierta en HD y poder mirar todos los partidos sin tener que pagarle nada a nadie”. 

Cuando la presencia del Estado era palpable –en eso, pero también en salud, educación, cultura, etcétera– Cano subraya: “Me produce cosas viscerales, que me mueven adentro. Y es una forma de vida. Vivo políticamente activo”.

Yo voy en trenes

Cuando le escribí a Matías para proponerle la entrevista, me devolvió este mensaje: “Estoy llegando a la plaza a bancar a Cristina. A la noche hablamos”. Unas dos horas en tren desde Pilar (donde vive) a la estación Retiro, y de ahí a la Plaza de Mayo. “Fui medio angustiado. Era el primer día de Cristina presa, la condena estable. Era un día raro. La necesidad de estar ahí, que te sacan de donde estás y te ponen a disposición de estas causas, no de una persona en particular como CFK, sino de un pensamiento político. Había mucha gente yendo, pero no sólo de las agrupaciones que militan, que también las había. Mucha familia, gente que se organizó con algún primo, hermano, vecino para ir”. 

Ante este tipo de situaciones, Cano asegura: “Me cuesta quedarme en mi casa en momentos cruciales de la historia. Y esto que pasó, el discurso-mensaje de Cristina, lo contarán los historiadores. Fue algo realmente extraordinario”.

Además del judicial, también repudia el tratamiento mediático contra CFK: “Cuando hay domiciliarias para represores no dicen nada, a nadie le piden lista de ingresos ni nada. Y a Cristina sí”. Y en sintonía con las palabras de la líder justicialista, sostiene: “Creo que esto (por el gobierno de Milei) es insostenible”.

Jugadores…

Nacido y criado en Adrogué, Matías Cano reside actualmente en Pilar por razones futbolísticas. En el club de aquella ciudad, no sólo consiguió el ascenso de la Primera C a la B Metro, sino que logró batir el récord en el país de vallas invictas. Con 1119 minutos sin recibir goles, sólo lo supera en Argentina Esteban Andrada (cuando atajaba en Boca), pero si se cuentan partidos de la Copa Libertadores. Y en 2014, Gerardo Martínez, jugador de Morón, lo quiso sorprender desde mitad de cancha. Cano, entonces arquero de la UAI Urquiza, salvó su arco ¡con una chilena!

 

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Dueño de una biblioteca con más de 500 libros, Matías busca desprenderse del estereotipo del futbolista. “Es todo muy difícil, incómodo. Sé que se me han cerrado puertas por lo que hago extra futbolísticamente, por lo que pienso, por mis declaraciones. Pero llama la atención que ese pensamiento venga de un jugador de fútbol. Están acostumbrados a que demos una nota con el peinado de moda, brazos tatuados, modelos alrededor, millones de seguidores en Instagram. Hay un prototipo de jugador de fútbol, y hay que hacerse cargo de eso, algo de culpa tienen. Pero también hay otros, y ahí estoy yo”.

Su visión de juego y de la vida, su personalidad y su manera de pararse no sólo bajo los tres palos, lo suelen hacer capitán y/o referente de los equipos en los que juega. Y desde esa posición, busca marcar un rumbo y romper con ciertas tradiciones. “Cuando no nos quieren pagar, no se entrena y punto. Otra cosa: eso de pelar a los pibes. Van a la pretemporada y los pelan, van todos cagados y encima le hacen eso para reírse de ellos. Están con un cagazo bárbaro por el debut y además les hacen eso. Ayudalo, preguntale si necesita algo, si está preparado, si habló con la mamá, el papá, hacé otra cosa. Rompamos con esa cadena con la que nos maltrataron a nosotros. No es excusa el «siempre se hizo». Mientras yo sea capitán del equipo, eso no se hace”.

Asegura además que “hay mucha influencia de los medios en los jugadores, como en todos lados. Y si no te meten su discurso por la tele, lo hacen por las redes sociales. Y así te meten que Cristina es una chorra”. Debido a eso, agrega que entre sus pares “hay mucho temor a la opinión, al «qué van a decir». Por eso te dicen que sólo te dediques a jugar. Y por qué, si entreno un par de horas y después tengo 20 horas libres, quiénes son para decirnos lo que tenemos que hacer. Pero ir contra eso tiene un precio caro”.

Por último le pregunto si antes de expresar una postura política ha pensado en ese precio a pagar: “Noo, yo tengo hijos. Cómo les explicas que tenés que cerrar el orto ante cualquier injusticia. No, de ninguna manera”.

La arenga de Matías Cano, arquero de ideales comunistas, citando a S. Allende:
“La historia es nuestra. La historia la escriben los hombres, la historia la escriben los pueblos. Entonces, este grupo de hombres y ese pueblo que está allí afuera, hoy se corona campeón” 😍✊💪☠️☢️ pic.twitter.com/2q15AeSshc

— Fútbol Rebelde (@futbol_rebelde) November 18, 2018

Publicado en el semanario El Eslabón del 21/06/25

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