“La única oposición verdadera es el peronismo”
De cara a los comicios del 29 de junio, este medio entrevista a postulantes al Concejo. Lisandro Cavatora quiere renovar banca con lista propia por fuera del PJ pero se define “orgullosamente peronista” y se queja del progresismo.
De cara a los comicios legislativos del 29 de junio, este medio entrevista a postulantes al Concejo. Lisandro Cavatora quiere renovar banca con lista propia por fuera del PJ pero se define “orgullosamente peronista” y se queja del progresismo.
Lisandro Cavatorta es otro de los periodistas que dio el salto a la política después de dos décadas de hacer un programa en la televisión local que recorría los barrios y entrevistaba a políticos en tono irónico y burlón bajo el título de “Bótelos”. En esta elección del próximo 29 de junio va por la renovación de una de las 13 bancas en juego, con una fuerza propia: Resolver Rosario. En 2021 había ingresado al Palacio Vasallo por el Frente de Todos a instancias del massista Frente Renovador y el entonces gobernador Omar Perotti. El edil se define como “peronista” y cuestiona que esa identidad esté licuada en la alianza del PJ-Ciudad Futura que lidera Juan Monteverde, de la que se diferencia. Se mostró preocupado por la falta de participación ciudadana en las últimas elecciones, pero confiado en haber generado una alternativa opositora y propositiva durante su gestión como concejal.
—¿Cómo viste las Paso del 13 de abril pasado?
—Los datos son muy contundentes. Récord de ausentismo. Mucho voto en blanco, mucho voto impugnado. Creo que lo que le pasó a la gente fue que empezó el año, mandó a los chicos al colegio, arrancó su vida y la campaña le hizo pif en la nariz. Le llegó muy rápido la elección, en abril, el 13 paf, a votar. Y me parece que la agarró pensando en otra cosa, mientras los políticos en general venden la ciudad ideal porque no sufren los problemas de la ciudad real. «No, porque la autonomía y porque tenemos que pensar en una ciudad…» Todo eso está bárbaro, incluso nosotros somos reformistas y creemos que hay que reformar la Constitución, pero me parece que los que te venden una ciudad ideal… Sin autonomía hay que limpiar bien, sin autonomía el colectivo tiene que llegar a horario, sin autonomía las veredas tienen que estar sanas, sin autonomía tiene que haber menos baches en las calles, sin autonomía los árboles no se pueden caer con cada tormenta, sin autonomía no puede haber microbasurales al lado de cada contenedor, sin autonomía no puede haber una ciudad que espera pavimento definitivo hace 40 años. Y por cada uno de esos temas, por cada uno de esos problemas, nosotros propusimos, hicimos, difundimos y también gestionamos una respuesta y una solución. Cuando era periodista no me gustaban los políticos que te diagnosticaban tus problemas, sino los que hacían o te proponían soluciones y respuestas.
—Nombraste muchas veces la “autonomía”…
—Sí, la autonomía de Rosario, en el sentido de que las decisiones sean tomadas lo más posible cerca de los problemas de la gente. Eso es para mí la autonomía. Que la respuesta al problema concreto esté lo más cerca posible del funcionario y con los recursos necesarios para resolverlos. Lo más cerca posible desde lo administrativo, lo más cerca posible desde la burocracia, lo más cerca posible desde lo político y también lo más cerca posible desde geográfico. Hasta geográficamente me parece que es importante la autonomía para resolver los problemas. Dicho esto, la autonomía no arregla los problemas de la noche a la mañana. Es un punto de partida, es una manera de tomar decisiones propias, con recursos propios. Pero no me desvela la autonomía. Ni estoy obsesionado. Lo que me obsesiona son los problemas de la gente. Me preocupa eso. Los problemas cotidianos de la gente, los problemas de la ciudad y resolverlos. Y para eso hay que patearla, no hay que encerrarse.
—En este marco del discurso de la antipolítica ¿es difícil hacer eso en el día a día, conectarse con la gente? ¿Te afecta todo eso que se repite de la casta política?
—En lo personal no, nosotros trabajamos y yo sigo siendo el de Bótelos, sigo yendo a los mismos lugares, callejeando igual que siempre, me gusta, lo disfruto, no es difícil para mí. Lo único que es difícil, es ser Poder Legislativo porque uno no aprieta los botones y sobre todo no asigna recursos, el que asigna recursos y aprieta los botones es el Poder Ejecutivo. Entonces, por ahí uno se choca con alguna frustración del proponer, del hacer, del aprobar mismo. Pero yo no lo tomo como excusa, porque el 80 por ciento de las mejores cosas que hicimos tienen más que ver con ideas que se aprobaron y se hicieron. Yo soy el autor de La noche en mi barrio, por ejemplo. La ordenanza es llevar La noche de las peatonales a los barrios. Y bueno, funciona. La verdad que fue un éxito. Hubo un récord absoluto con 50 mil personas en Tiro Suzo, por ejemplo. Y eso fue porque yo iba con Bótelos a los barrios y veía que los comerciantes cerraban la persiana a las 6 de la tarde con un miedo bárbaro. O, por ejemplo, haber traído la Sube a Rosario. Yo soy el concejal que le llevó al ministro de Transporte (durante la gestión de Alberto Fernández), Diego Giuliano y con él juntos fuimos con la carpetita a hablar. Fuimos y le dijimos hay que traer la sube a Rosario. Y lo hicimos. Y se lo trajimos al intendente Javkin, que no hizo nada y acá está la Sube. Son 13.000 millones de pesos por año, casi un subsidio más. Hoy, si no estuviera la Sube en la ciudad no habría sistema de transporte. Estarían parados los colectivos. No habría colectivos circulando. Porque Milei quitó el subsidio y porque es el único subsidio nacional que hoy tiene la gente en Rosario para que se sostenga el sistema de transporte.
—Hablaste de lo que pasó en una anterior gestión nacional que dejó una dura derrota electoral ¿Cómo ves ahora al peronismo?
—Yo creo que el partido opositor a Milei es el peronismo, eso está, es la verdadera oposición local y nacional. Entre todas las boletas de concejales en las Paso, las del peronismo fuimos la primera mayoría cómodamente con 150.000 votos. Entre todas las variables pasamos tres listas a las generales. Y creo que los datos de la realidad dicen que la alternativa, la oposición a nivel local, provincial y nacional es el peronismo.
Dicho esto, creo que también el peronismo en la ciudad de Rosario hizo alianzas con no peronistas. Monteverde no es peronista, no lo digo yo, lo dice él, no es una acusación. Pero entonces ahí creemos que necesitamos tener una alternativa peronista, fortalecerla, sea quien sea, para ir así hacia un frente electoral en el 2027 para poder consolidar una alternativa.
Y a mí me parece que Monteverde no solamente no es peronista sino que negó al peronismo durante los tres años y medio que yo soy concejal. Nunca se hizo cargo de las virtudes y sobre todo de los errores y las cagadas que se mandó el peronismo en el gobierno anterior. Y yo creo que no hay que utilizar al peronismo en una campaña electoral en las buenas, siendo opositor que es lo más fácil que hay, sino que al peronismo se lo banca en las malas. Y nunca jamás defendieron las gestiones del peronismo desde que yo soy concejal.
—¿Estas divisiones debilitan al peronismo como oposición?
—Mirá, lo dirá el tiempo. Yo lo que no quiero es que nos pase lo mismo que con el Tigre Cavallero que por no ganarle al Frente Progresista, inventemos otro Frente Progresista nosotros. Yo habría tomado otra decisión. La respeto, pero no me parece totalmente legítimo. Y después veremos si ya nos encontraremos nuevamente. Nosotros somos peronistas, quizá sabiendo que mucho de mi electorado también vota a las personas. Mucha gente que no es peronista me vota. Pero a mí me gusta hacerme cargo de lo que uno es, me dé más votos o me dé menos votos. Lo que sí creo es que el peronismo, después de 2001, 2002, para trabajar en la emergencia de la comida, del hambre, olvidó su sujeto de ser que es el trabajador. Si nosotros no recomponemos la alianza entre el trabajador y el peronismo, y cuando digo trabajador también digo los chicos de Rappi, que son tan trabajadores como cualquier otro, si nosotros no reconstruimos el sujeto social del peronismo que es el trabajador… Nos distrajimos, nos entretuvimos mientras estábamos llevándole comida a la gente y viendo si se hablaba con la E, con la I, con la O, con la U, o si estábamos viendo en discusiones que se hicieron más largas de lo que me hubiera gustado, nos olvidamos del trabajador o la trabajadora que con el bolsito, la cartera, espera el colectivo a las seis y media de la mañana, el colectivo no llega, va a venir alguien y a lo mejor le chorea el celular, y no podíamos ni hablar de seguridad y no podíamos hablar de generación de empleo, porque había que hablar de la E o de la I, o de empresas públicas de alimento… El peronismo se entretuvo con algunas cuestiones que tienen más que ver con el progresismo y no con el peronismo. El peronismo en la oposición se prepara para volver a gobernar, no para resistir, no algo tan pasivo. «Juntémonos entre todos porque la unidad va a ser la resistencia a este gobierno saqueador». No. No me gusta esa frase. Nosotros tenemos que juntarnos para acumular poder desde el peronismo, para volver a gobernar la provincia, el país y por fin la ciudad.
Publicado en el semanario El Eslabón del 17/05/25
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