El Papa argentino que sacudió las viejas estructuras eclesiales
Con la muerte de Francisco, concluye un papado de doce años que dio un giro a una Iglesia en crisis pero que, además, trascendió al catolicismo transformandose en un un faro para toda la humanidad.
Con la muerte de Francisco, concluye un papado de doce años que dio un giro a una Iglesia en crisis pero que, además, trascendió al catolicismo transformandose en un un faro para toda la humanidad. Su recordado mensaje a los jóvenes todavía resuena: “¡Hagan lío!… Quiero que la Iglesia salga a la calle!”.
Llegó a la jefatura de la Iglesia católica hace doce años, el 13 de marzo de 2013. “El mundo lo conoció por aquel simple buenas noches, su primer saludo al mundo entero y su sencillez impresionante ya anunciaba un soplo de aire nuevo y revolucionario”, publicó la agencia de noticias italiana Ansa.
Jorge Mario Bergoglio “condujo por caminos valientes, abriendo las puertas a «todos, a todos, a todos», y despreocupándose de esa ala de católicos siempre reacios a las novedades. Lo hizo después del shock que supuso la renuncia de Benedicto XVI, pero fue capaz de pasar página de una manera que era difícil incluso de imaginar” , agregó la nota..
La apertura a los divorciados, a los homosexuales, la valorización de la mujer hasta darle el lugar que durante siglos había estado reservado solo a los cardenales. Y luego esa Iglesia en salida, hacia los más frágiles, desde los migrantes, su primera preocupación, hasta los pobres. Es precisamente pensando en los pobres que elige un nombre que ningún Papa en la historia se había atrevido a elegir: Francisco, como el pobre de Asís, también un revolucionario de su tiempo.
El primer Francisco, pero también el primer Papa jesuita de la historia, el primero del continente americano y el primero no europeo en más de 1200 años.
Su austeridad, marcada por hechos como la decisión de mudarse a la residencia de Santa Marta y no en el Palacio de Castel Gandolfo, quedó enfrentada con los sectores más conservadores de la Iglesia, con los que mantuvo una tensa relación.
En ese marco, Francisco avanzó en reformas gubernamentales del Vaticano, para darles más espacio a las mujeres y a los laicos en el pequeño y poderoso Estado, así como también para prevenir que se repitan situaciones escandalosas como abusos sexuales a menores o manejos espurios de dinero.
En marzo del año pasado, la Iglesia había dado a conocer el documento sobre las reformas en la organización y estructura de la Curia Romana: la nueva Constitución, de 54 páginas, se tituló “Praedicate Evangelium” (Predicar el Evangelio) y tomó más de nueve años en ser terminada por el papa Francisco y un consejo de cardenales.
La carta magna vaticana entró en vigencia en junio de 2022 y reemplazó a la que el papa Juan Pablo II había presentado en 1988 y que fue reformada parcialmente por Benedicto XVI en 2011.
Sntre los cambios se destacó que cualquier persona bautizada, incluidas las mujeres, podrá dirigir los departamentos del Vaticano, espacios que hasta el momento estaban dirigidos por clérigos, generalmente cardenales.
El Papa Francisco también llam{o a la comunidad global a tomar medidas urgentes para proteger el medio ambiente, destacando la importancia de la sostenibilidad y la necesidad de una “conversión ecológica”. Consideró la degradación ambiental como un pecado y una amenaza para la humanidad, especialmente para los más vulnerables. A través de su encíclica “Laudato Si”, propuso una visión holística de la relación entre los seres humanos, la naturaleza y Dios, impulsando la acción climática y el cuidado de la Tierra.
El año pasado, el Papa protagonizó viaje apostólico número 45 al exterior, el más largo y lejano de su pontificado, que abarcó doce días de gira por cuatro países del sudeste de Asia y Oceanía.
Pero posteriormente también se trasladó por Europa, más precisamente a Bélgica y Luxemburgo.
Opuesto naturalmente a toda guerra, condenó la utilización del nombre de Dios por parte de fanáticos de las religiones y abogó por la unión de todos los credos en pos del bien común y la felicidad.
Bergoglio nació en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936, hijo de inmigrantes piamonteses: su padre Mario era contador, empleado en los ferrocarriles, mientras que su madre, Regina Sivori, se ocupaba de la casa y de la educación de sus cinco hijos.
Después de graduarse como técnico químico, eligió el camino del sacerdocio ingresando al seminario.
En 1958 entró en el noviciado de la Compañía de Jesús. De aquí una larga vida de servicio a la Iglesia hasta convertirse en cardenal arzobispo de Baires y desde 2013 en el 266 Pontífice de la Iglesia Católica.
Francisco falleció este lunes, después de haber atravesado 38 días de hospitalización por una neumonía y una recuperación que parecía sorprendente durante la cual quiso estar entre su gente, hasta ayer, cuando quiso dar un paseo en el papamóvil el Domingo de Pascua. Se marcha después de doce años de un pontificado intenso, no exento de problemas y contradicciones, pero que marcó un giro tan amplio, en el fondo y en la forma, que probablemente será difícil dar marcha atrás.
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